Las plantas son la fuente del aire que respiramos y la mayoría de los alimentos que comemos, pero a menudo no pensamos en mantenerlas saludables. Esto puede tener resultados devastadores. La FAO estima que hasta el 40% de los cultivos alimentarios se pierden anualmente debido a plagas y enfermedades de las plantas . Esto deja a millones de personas sin alimentos suficientes y daña gravemente la agricultura, la principal fuente de ingresos de las comunidades rurales pobres.
La sanidad vegetal está cada vez más amenazada. El cambio climático y las actividades humanas han alterado los ecosistemas, reduciendo la biodiversidad y creando nuevos nichos donde las plagas pueden prosperar. Al mismo tiempo, los viajes y el comercio internacionales se han triplicado en volumen en la última década y pueden propagar rápidamente plagas y enfermedades en todo el mundo causando un gran daño a las plantas nativas y al medio ambiente.
El 80% de nuestros alimentos provienen de las plantas. 🌱
— Naciones Unidas (@ONU_es) August 22, 2020
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Vía @FAOenEspanol pic.twitter.com/bWvIi0GwRM
Hay gente que parece tener un don especial para el cuidado de las plantas. Es caer en sus manos una maceta y la planta comienza a crecer, florecer, ponerse verde y brillante en cuestión de días, lo cual resulta una auténtica delicia. Sin embargo hay otras personas que no tenemos esa suerte o ese instinto, y a las que no se nos da bien hacernos cargo del mundo vegetal. Sin embargo no hay que desanimarse, esto puede cambiar siguiendo unos pocos consejos sencillos pero muy efectivos (te lo digo por propia experiencia). Y en cuanto estos truquitos den su fruto —nunca mejor dicho— y empecemos a ver nuestras plantas más fuertes y sanas, nos animaremos y aprenderemos a disfrutar del tiempo que pasamos cuidándolas.